Buenos días, chicos/as que tal la mañana tan fresquita que hace hoy.
Hoy con un café bien cargado que da mucha energía y muchas ganas de trabajar, vamos a empezar con…
El juego que vamos a realizar si os apetece se llama:
La silla vacía: que en el coaching permite establecer dos tipos de diálogos:
Un diálogo interno, en el que el cliente sentará a su “yo” bloqueado o rechazado para establecer un diálogo.
Un diálogo externo, con una persona ausente en ese momento y con la que haya un conflicto o una situación no resuelta.
Con la ayuda de un coach, esta técnica:
- Permite conectar con la experiencia a nivel emocional y corporal.
- Ayuda al coachee a expresarse de forma verbal, corporal y emocional la situación.
- Facilita la toma de conciencia de las partes rechazadas.
- Ayuda a afrontar una situación de bloque desde un entorno más sano al ser una experiencia supervisada.
- Amplía la perspectiva que tenemos de una situación y abre nuevos escenarios o posibilidades.
- Ayuda a cerrar situaciones que han quedado inconclusas.
¿CÓMO SE HACE?
Confrontación: Se trata de una fase preparatoria en la que, el coach debe explicar en qué consistirá la dinámica de la silla vacía y le presentará la silla. Se debe propiciar un ambiente de diálogo.
Proyección: El coach debe pedirle al cliente que proyecte imaginariamente a la persona o a sí mismo para poder iniciar el diálogo.
Descripción: El cliente debe describir al coach la proyección que ha realizado en la silla vacía. Es importante que el coachee pueda verbalizar todo aquello que va sintiendo y viendo para que se pueda fortalecer la imagen que está proyectando. El coach debe procurar que el cliente mencione tanto aspectos positivos como negativos
Tiempo: 30 minutos