El coaching emocional trata de alcanzar una meta concreta, como por ejemplo desarrollar una serie de habilidades. Todas las actividades y enseñanzas del coaching emocional van dirigidas a mejorar el desarrollo personal y profesional de una persona o grupo de personas. Un coach emocional no tiene por qué tener conocimientos de psicología, se trata de ámbitos de actuación diferentes que pueden coexistir, pero reúnen características diferentes.

Por tanto, el coaching emocional se centra en aspectos más prácticos, mientras que la psicología es una disciplina más amplia que permite, entre otras cosas, abordar problemas de salud mental.